La mayoría de las personas no lo tiene claro, y es normal, porque a veces puede resultar un poco confuso, pero si tuviéramos que resumirlo muy mucho, puedes quedarte con estas dos preguntas para saber si aplicar frío o calor: ¿cómo de reciente es la molestia? y ¿es algo frecuente?

Ahora te explicaremos la razón de estas dos preguntas que debes hacerte, antes de aplicar frío o calor en la zona dolorida.

Todos sabemos que ambos, el frío y el calor, ayudan a calmar molestias, de hecho son dos de las terapias más recomendables y habituales en el tratamiento de dolores musculares o en el alivio de molestias en las articulaciones. La cuestión y el problema está en saber, cuándo optar por uno u otro.

¿El dolor es de hace menos de 48 h? Aplica frío.

Pon hielo o una almohadilla fría (cold-pack) en la zona dolorida y notarás alivio. No apliques frío extremo o en una zona amplia, esta terapia es localizada y por un tiempo que debe recomendarte un especialista, como un fisioterapeuta o traumatólogo.

Esta técnica es muy eficaz para tratar esguinces, torceduras o fracturas. Con ella, los vasos sanguíneos tienden a cerrarse y la temperatura baja en la zona localizada, lo cual ayuda a reducir la inflamación.

Si tienes diabetes, alguna enfermedad cardiovascular grave, problemas vasculares o algún otro padecimiento a considerar, está contraindicada.

cuando aplicar frio o calor

¿El dolor es recurrente? Aplica calor.

Si el dolor es crónico, como es el caso de la artritis, entre aplicar frío o calor elegiríamos la terapia de calor a una temperatura que oscile los 34 grados. El aumento de la temperatura, de manera focalizada, favorece el flujo de la sangre hacia la zona, lo que ayuda a una regeneración más rápida del tejido, dados los nutrientes y el oxígeno que aporta la sangre.

Puedes usar una manta eléctrica, en tiempos cortos (con cinco minutos a media potencia va bien) durante varias veces al día o un saquito de semillas apto para microondas.

3 cosas a tener en cuenta a la hora de aplicar frío o calor:

Tanto si optas por el calor, como si en tu caso lo que te conviene es el frío, en ambas situaciones:

  • No apliques nunca el frío o el calor directamente sobre la piel. Usa un paño, una toalla, una gasa… algo que evite que tu piel se queme por exceso de frío o de calor.
  • No te pases de tiempo ni tampoco de temperatura, nada de frío intenso y nada de calor extremo.
  • Aplica frío o calor solo en zonas localizadas.

Si tienes dudas, siempre puedes preguntarnos enviándonos un WhatsApp al 648 002 295 donde también puedes reservar tu sesión. Lo recomendable es que nos llames si tienes alguna molestia, antes de actuar en casa por tu cuenta, y así podremos valorar tu estado y recomendarte qué tratamiento es el más adecuado en tu caso. Recuerda que nuestro servicio de fisioterapia es a domicilio y que te daremos cita en una hora desde la reserva.

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